Dra. Cacerola
Presentación
El cuerpo expresa el alma. Cuando existen conflictos internos en nuestro ser, se manifiesta en nuestro cuerpo el dolor, el cansancio, la enfermedad. Primero enferma el alma y luego el cuerpo, sin embargo, no es fácil contactar el alma para sanar de manera inmediata, por ello, es importante ir sanando y desintoxicando el cuerpo para que nuestra mente se relaje y nos permita llegar al alma, a nuestro ser y así, poder entonces, sanar y desintoxicar el alma para que vuelva a vibrar y brillar como su naturaleza es. Es entonces cuando la salud integral y la plenitud de nuestra vida son posibles.
¿Cómo empezar a sanar?
Imaginemos una casa que hemos heredado; estamos felices por la noticia y con gusto empacamos y nos trasladamos a esa casa que alguien imaginó podría ser para nosotros y nos la ha entregado.
A lo lejos, una casa linda se divisa. Conforme nos vamos acercando vemos que luce apagada y sucia por el tiempo que ha permanecido sola pero pensamos que, con una buena limpieza bastará. Llegamos y, emocionados, abrimos la casa y nos adentramos en ella y es entonces cuando las sonrisas se desvanecen.
Nos sorprende una casa sumamente deteriorada, agujeros en las paredes, polvo, barandales rotos, baños descompuestos, tuberías oxidadas y un sin fin de reparaciones por hacer pero… es la única casa que tienes, ¿qué harías primero?
- Observar con detenimiento todo lo que hay y en qué condiciones está.
- Ir tomando nota de lo que hay por reparar e ir dando prioridades de acuerdo a la urgencia y necesidad.
- Tirar y sacar de la casa todo lo que no sirve.
- Limpiar, desempolvar, abrir ventanas para que se mueva el aire y entre la luz.
- Reparar y volver a limpiar los residuos de la reparación.
- Ahora si, empezamos a introducir todo lo que necesitamos… ¿meterías a tu casa limpia y arreglada, los mismos muebles viejos y empolvados que sacaste? No ¿verdad? Empezarías a meter muebles nuevos, limpios.
- ¿Los amontonarías sin ton ni son y todos de una sola vez? No ¿verdad? Irías midiendo espacios, viendo necesidades de acuerdo a lo que tu realmente quieres, estar a gusto, disfrutando de tu casa; irías acomodando y reacomodando hasta que tu casa vaya tomando la forma que desees, que vaya luciendo agradable, armoniosa, habitable y puedas sentirte realmente pleno y feliz en tu casa.
- Quizás te tardes unos tres o seis meses en acomodar todo, o un poco más dependiendo el nivel de deterioro de la casa cuando llegaste. No importa, el caso es que cada movimiento y ajuste que realices sea de acuerdo al objetivo deseado y que te vayas acostumbrando a esos cambios, que vayas viviendo en armonía.
- Cuando pase el tiempo te verás habituado a tu nueva casa la cual ahora luce radiante, llena de luz. Es una casa confortable donde se vive plenamente.
- Pero para mantenerla en este nuevo estado… hay que seguir observando, hay que seguir anotando lo que tenemos que ir ajustando de acuerdo a nuestras nuevas necesidades, hay que ir reparando cualquier desajuste pequeño antes de que se haga más grande.
Justo así… es nuestra salud física, nuestro cuerpo. Primero, hay que observar, tomar nota, limpiar por dentro y por fuera, desintoxicar, reparar y empezar a introducir insumos adecuados para que permanezca en un estado óptimo y agradable, donde nuestra alma pueda vivir en perfecta armonía y tranquilidad.
Cuando volvemos a introducir a nuestra casa objetos que ya no sirven, o que simplemente no necesitamos, algo empieza a estorbar, comenzamos a tener cajas en los pasillos, los closet repletos de maletas gordas, bolsas y cajas que guardan cosas que a veces no sabemos ni que son. Comenzamos a guardar ropa de más, regalos, libros, revistas, artículos que nos regalan en tiendas y exposiciones, adornitos de eventos sociales, muebles que vimos en ofertas, aparatos descompuestos que nunca reparamos, herramientas que no usamos… y empezamos a ya no caber, a tropezarnos al caminar, a vivir en desorden, en caos y eso, nos pone de mal humor, sin darnos cuenta empezamos a maldecir, a quejarnos, a volvernos intolerantes a todo lo que nos rodea, incluso las personas, la familia. El caso es que la casa “engordó”, se ensució, se estancó y con ello todo lo demás. Mi cuerpo se estriñe, mi negocio no fluye, mis relaciones se deterioran… ¡a qué caray! ¿Similitudes entre lo interno y lo externo? Sí, y muchas.
Lo mismo es el cuerpo, empezamos a cambiar salud por antojos. A darle al cuerpo lo que no necesita, a introducir chatarra, toxinas, productos que bajan nuestro nivel de energía por ser de difícil digestión o por contener químicos, toxinas, colorantes y substancias desconocidas provenientes de cualquier parte menos de la madre tierra. Y con esto nuestra casa, nuestros compartimentos, nuestro cuerpo empieza a engordar, a inflamarse, a dejar de tener ese fluir divino, comienza a estancarse, a doler, a enfermarse, a morir.
Pero la buena noticia, es que a diferencia de una casa, nuestro organismo es un cuerpo vivo, consciente, con una extraordinaria capacidad de autoregeneración y autocuración que en ocasiones, estas cualidades de nuestro cuerpo han permanecido dormidas, débiles pero que, si las estimulamos poco a poco irán despertando y fortaleciéndose para volver a funcionar de manera automática y eficiente.
¿Cómo estimular esas cualidades propias y divinas de nuestro cuerpo? Dándole al cuerpo lo que necesita. Pero una nota importante, no todos los cuerpos son iguales, aunque aparentemente sí. Cada uno tiene en diferentes condiciones sus órganos, cada persona expone su cuerpo a diferentes temperaturas, a diferentes ambientes, no todos respiramos la misma calidad de aire o tomamos la misma calidad de agua o alimentación. El grado de estrés de una persona no es igual para sus semejantes, todo depende además de diferentes tipos de insumos que aportamos a nuestros sistemas: alimento, aire, agua, pensamientos, sonidos, todo influye. Y hasta la forma de ingerir los propios alimentos, la forma de masticar es diferente, la forma en que nuestro organismo digiere, acepta o tolera algunos alimentos es propia de cada persona, de su tipo de sangre, de su herencia genética, de sus pensamientos y emociones. Así que si a tí te recomendaron una dieta y la compartiste con alguien, quizá los resultados no sean iguales para ambos.
Y en las mismas familias, todos los miembros de una familia consumen la misma comida, sin embargo alguno o varios de los miembros de la familia puede tener requerimientos especiales que no han sido detectados pero que, a la larga, puede causar estragos.
Así que Dra. Cacerola tiene como misión: Enseñarte formas óptimas de alimentar cuerpo, mente y alma para una vida plena.
Es un concepto de salud y bienestar casero. En dónde se expresa el cómo a través de la buena alimentación, prácticas ecológicas, hábitos personales y familiares, podemos vivir en salud, bienestar y armonía.
Dra. Cacerola, cree y promueve: La alimentación saludable de acuerdo a necesidades personales. Los remedios caseros como una opción rápida y efectiva que puede reestablecer la salud antes de tener que incurrir a fármacos. Las terapias alternativas como las Flores de Bach, Reiki, Herbolaria, Meditación, Masajes y el uso de tónicos, condimentos o jugos como excelentes alternativas de salud. Además la liberación emocional, el autoconocimiento, los principios y valores que rigen nuestra vida, y que son herramientas que nos permiten lograr una armonía y una buena salud integral.
Dra. Cacerola, se dirige a la comunidad en general y en especial a los padres de familia, a los profesionistas y jóvenes que viven solos y son responsables de sus alimentos, a personas de la tercera edad, a quienes se dedican de una u otra forma a alimentar a otras personas ya sea la propia familia, enfermos, o clientes, en el caso de tener algún negocio de alimentos o atender asilos y orfanatos, y a toda aquella persona que busca estar y sentirse bien.
¿Cómo es su consulta?
Ofreciendo información vía Web y de manera presencial, en consultas personales, conferencias, talleres, libros y boletines en donde a través de investigaciones, artículos, consejos, recetas de cocina, remedios caseros y consejos de liberación emocional y desarrollo espiritual podrán mejorar todos sus lectores, alumnos y consultantes, su calidad de vida y las de sus familias.
Espero de todo corazón que toda esta información te sea de utilidad y empieces a gozar de una vida más saludable, plena y feliz.
Tu amiga, La Dra. Cacerola.